¿Qué es la periimplantitis?
La periimplantitis es una enfermedad inflamatoria de los tejidos que rodean un implante dental que incluye inflamación de la mucosa periimplantaria acompañada de pérdida ósea progresiva. A diferencia de la mucositis periimplantaria, que es la inflamación limitada a la mucosa sin pérdida ósea, la periimplantitis afecta también al soporte óseo y puede poner en riesgo la estabilidad del implante. Su origen es multifactorial, aunque la principal causa está relacionada con la acumulación de biofilm bacteriano alrededor del implante y factores locales o sistémicos que facilitan su progresión.
Es importante entender que la periimplantitis puede desarrollarse en distintos grados y formas. Desde lesiones incipientes con pérdida ósea limitada hasta procesos avanzados con movilidad del implante y pérdida extensa del hueso circundante. La detección precoz marca la diferencia entre un tratamiento conservador con buenos pronósticos y intervenciones más agresivas.
Tratamientos para la periimplantitis
El tratamiento de la periimplantitis debe ser individualizado y escalonado. El tratamiento va desde medidas no quirúrgicas y protocolos de soporte hasta tratamientos quirúrgicos reconstructivos o resectivos según la severidad y el patrón de pérdida ósea. Las guías clínicas recientes recomiendan evaluar sistemáticamente factores locales (diseño de la prótesis, acceso para higiene, rugosidad del implante) y factores sistémicos (tabaquismo, control metabólico, antecedentes periodontales) para decidir la estrategia terapéutica.
Tratamientos no quirúrgicos para la periimplantitis
En fases iniciales o como primera intervención se aplican medidas no quirúrgicas: higiene profesional con instrumentos manuales o ultrasonidos específicos para implantes, descontaminación de la superficie implantaria mediante soluciones antisépticas (clorhexidina, peróxido de hidrógeno, enjuagues), y en algunos casos el uso de antibióticos sistémicos o tópicos como terapia adyuvante. La terapia no quirúrgica busca reducir la carga bacteriana y la inflamación, y en algunos casos puede estabilizar la lesión si se combina con un programa estricto de mantenimiento. :contentReference[oaicite:3]{index=3}
Tratamientos quirúrgicos para la periimplantitis
Cuando la pérdida ósea es significativa o la terapia no quirúrgica no controla la progresión, se considera el tratamiento quirúrgico. Existen diferentes abordajes:
- Desbridamiento quirúrgico y acceso (OFD – Open Flap Debridement): se abre la mucosa para limpiar completamente la superficie del implante y los defectos óseos.
- Implantoplastia: pulido de la superficie protésica del implante para eliminar rugosidades que favorecen la adhesión bacteriana y facilitar la higiene.
- Enfoques regenerativos: en defectos favorables se pueden usar injertos óseos y membranas para intentar regenerar soporte perdido alrededor del implante.
- Combinación de técnicas: muchas veces se combinan desbridamiento, descontaminación con medios físicos (láser, ozono) y procedimientos regenerativos o resectivos según el caso. :contentReference[oaicite:4]{index=4}
La evidencia sugiere que algunos tratamientos quirúrgicos para la periimplantitis muestran mejores resultados en términos de reducción de sondaje y ganancia ósea que el desbridamiento simple, aunque la calidad de la evidencia varía y debe interpretarse junto con la situación clínica particular.
Pasos del tratamiento de periimplantitis
Un protocolo razonable y ampliamente aceptado en clínicas como BASTIDA Clínica Dental sigue pasos claros y secuenciales para garantizar la mejor atención. A continuación describimos un esquema general, que siempre debe personalizarse según cada paciente:
- Evaluación inicial y diagnóstico. Se realiza historia clínica completa, revisión de factores de riesgo (tabaco, diabetes, antecedentes de periodontitis), examen clínico (sangrado al sondaje, profundidad de sondaje, supuración), fotografías y radiografías periapicales o CBCT cuando sea necesario para valorar el patrón de pérdida ósea alrededor del implante. El diagnóstico distingue entre mucositis (inflamación sin pérdida ósea) y periimplantitis (inflamación con pérdida ósea).
- Control inicial de la infección y medidas no quirúrgicas. Incluye instrucción personalizada de higiene, higiene profesional específica para implantes, raspado y alisado con instrumentos compatibles con la superficie implantaria y, en ciertos casos, uso temporal de antibióticos o enjuagues antisépticos. También se evalúa la prótesis para valorar si dificulta el acceso a la higiene y si es necesario modificarla.
- Re-evaluación. Tras un período de prueba y control, se revalora la respuesta. Si la inflamación y la pérdida ósea no se controlan, se planifica la fase quirúrgica.
- Tratamiento quirúrgico (si procede). Según la extensión del defecto y las condiciones locales se elige entre desbridamiento abierto, implantoplastia, regeneración ósea guiada o combinaciones. En quirófano se realiza una descontaminación meticulosa de la superficie y se aplican las técnicas regeneradoras si son indicadas.
- Mantenimiento y soporte a largo plazo. Tras resolver la fase aguda, el mantenimiento es clave. Revisiones periódicas, higiene profesional y hábitos de autocuidado. La evidencia indica que un programa de soporte a largo plazo reduce las recidivas y mantiene la salud periimplantaria.
Síntomas de la periimplantitis
La periimplantitis puede manifestarse con distintos signos y síntomas. Algunos pueden ser evidentes para el paciente y otros requieren evaluación profesional con sondaje y radiografías. Señalamos los más habituales:
- Sangrado al sondaje alrededor del implante.
- Supuración (pus) en la encía alrededor del implante.
- Enrojecimiento e inflamación de la mucosa periimplantaria.
- Retracción de encía y exposición de la parte del implante o de la rosca.
- Aumento de la profundidad de sondaje alrededor del implante.
- Dolor o molestia local (no siempre está presente).
- Movilidad del implante en fases avanzadas (indica pérdida de soporte óseo severa).
- Mal sabor, halitosis persistente o molestias al masticar.
Si detectas alguno de estos signos alrededor de un implante, acude cuanto antes a consulta: la detección temprana mejora mucho las posibilidades de éxito del tratamiento de periimplantitis.
¿Cuánto dura el tratamiento de periimplantitis?
La duración del tratamiento de la periimplantitis es variable y depende de múltiples factores. La severidad de la lesión, la respuesta a la terapia inicial, la necesidad o no de cirugía, la complejidad del defecto óseo, la existencia de factores de riesgo (fumador, diabetes mal controlada, higiene deficiente) y la adherencia del paciente al mantenimiento. En términos generales:
Fase no quirúrgica del tratamiento de la periimplantitis. Suele requerir varias sesiones (1–4) a lo largo de unas semanas y reevaluación a 4–12 semanas. Si la inflamación cede y la pérdida ósea está controlada, el plan pasa a mantenimiento.
Fase quirúrgica del tratamiento de la periimplantitis. Cuando es necesaria, el procedimiento en sí puede llevar una o varias intervenciones (dependiendo de si se realiza regeneración, injertos, implantoplastia, etc.). El tiempo total hasta la estabilización clínica puede extenderse de varios meses a más de un año, considerando el periodo de cicatrización, la integración del injerto (si se coloca) y las revisiones periódicas.
Lo habitual es que un manejo completo, desde el diagnóstico hasta la estabilización con mantenimiento, abarque entre unos meses y un año o más en casos complejos, siempre con revisiones periódicas posteriores para evitar recidivas.
Consejos para el tratamiento de periimplantitis
Además del tratamiento clínico, existen medidas concretas que puedes poner en práctica para mejorar las probabilidades de éxito y prevenir la aparición de periimplantitis:
- Higiene oral rigurosa. Mantén una rutina diaria de cepillado con técnica adecuada, uso de hilo dental o cepillos interdentales en la zona del implante y enjuagues recomendados por tu profesional. La eliminación del biofilm es la medida más eficaz para prevenir la mucositis y la periimplantitis.
- Revisiones periódicas y mantenimiento profesional. Asiste a las citas de mantenimiento que el equipo de la clínica programe. La evidencia muestra que programas de soporte reducen la recurrencia de enfermedad periimplantaria.
- Evitar o reducir el tabaco. El tabaquismo es un factor de riesgo claramente asociado a peor pronóstico en implantes y a mayor riesgo de periimplantitis. Si fumas, considera estrategias para dejarlo o reducirlo.
- Control de condiciones médicas. Mantén controladas enfermedades sistémicas relevantes (diabetes, problemas inmunológicos) y comunica al equipo cualquier medicación que tomes, ya que puede influir en la respuesta al tratamiento.
- Diseño protésico accesible. Una prótesis bien diseñada que facilite la higiene es crucial. Si la prótesis impide una limpieza adecuada, es más fácil que se acumule placa y se desencadene la enfermedad. En algunos casos puede ser aconsejable rehacer o modificar la prótesis.
- Actuar rápidamente ante signos tempranos. Sangrado al cepillarse, enrojecimiento o supuración no deben ignorarse. Una visita temprana permite intervenciones menos invasivas y con mejor pronóstico.
- Cumplir con los cuidados tras cirugía. Si se realiza cirugía, sigue con rigor las indicaciones (medicación, dieta, higiene específica) y acude a las revisiones para una correcta cicatrización.
La periimplantitis es una enfermedad seria que merece atención
La periimplantitis es una enfermedad seria que merece atención tanto por parte del paciente como del equipo clínico. Si bien los implantes dentales ofrecen soluciones duraderas y estéticas, no están exentos de riesgos; la principal amenaza proviene del biofilm bacteriano y de factores individuales que favorecen su avance. La buena noticia es que, con un enfoque riguroso y personalizado, es posible controlar la enfermedad, preservar el implante y recuperar la salud de los tejidos periimplantarios.
En BASTIDA Clínica Dental abordamos cada caso con la máxima atención: evaluamos factores locales y generales, diseñamos planes de tratamiento basados en la evidencia y adaptamos las técnicas a las necesidades de cada paciente. Nuestros objetivos son detener la progresión de la enfermedad, restaurar la salud de los tejidos periimplantarios y establecer un programa de soporte que minimice riesgos futuros. La colaboración del paciente, a través de una higiene escrupulosa, asistencias regulares y la eliminación de factores de riesgo como el tabaco, es fundamental para lograr resultados sostenibles.
Si tienes implantes y notas alguno de los signos descritos (sangrado, enrojecimiento, supuración, aumento de sondaje o movilidad), o si simplemente quieres una revisión preventiva, te invitamos a contactar con nosotros. Una revisión temprana puede marcar la diferencia entre un tratamiento conservador y la necesidad de intervenciones más complejas. Si estás buscando indagar más sobre los tipos de implantes dentales, las fases del tratamiento de implantes dentales, los implantes subperiósticos o los implantes endoóseos, en nuestro blog dental encontrarás todo lo que necesitas para solucionar tus dudas.